El poeta y docente Ariruma Kowii nos aporta unas reflexiones sobre la sabiduría de las comunidades quichua, de Ecuador.
(Reflexiones cedidas por el autor, y por Pina Piccolo y María Rossi, del blog «La macchina sognante». http://www.lamacchinasognante.com/pensiero-critico-sousa-santos-e-il-dialogo-dei-saperi/)
La minka (o minga): se refiere al trabajo obligatorio que cada ayllu debe cumplir con los intereses de la comunidad en obras que son de carácter colectivo como por ejemplo un canal de riego, la construcción de un camino, una plaza o alguna edificación de carácter sagrado o en obras que comprometen a varias comunidades. La minga es un mecanismo de trabajo colectivo que fomenta el ahorro, estimula el trabajo y potencializa la producción. Esta tradición en el caso de las comunidades ha permitido superar y enfrentar el olvido y la exclusión del sistema colonial y republicano.
El ayni: se caracteriza por el sentido de solidaridad de la familia y de la comunidad, en labores específicas entre los ayllus o entre los miembros de la comunidad, en labores que no demandaban tiempos prolongados como por ejemplo el tejado de una casa, la siembra de maíz, etc. El ayni se rige por el principio de reciprocidad, es decir por el makipurarina.
El maki purarina: maki ‘mano’, purarina, ‘estrechar o darse la mano’, es decir ayudarse mutuamente, equivale a la reciprocidad. Se refiere al sentido de solidaridad que los miembros de un ayllu deben expresar con sus familiares, con los vecinos de la comunidad. Esta conducta es observada con mucha atención por los anfitriones de una actividad productiva o de una fiesta, de registrar los tumines que llevan los acompañantes y de esta forma tener presente las obligaciones que adquiere con todos y cada uno de los mismos.
El maki purarina ayuda a que los niveles de comunicación, la interrelación de las personas se mantenga vigente, esta práctica contribuye a conocerse, reconocerse, a que se ayuden mutuamente o en su defecto conozcan quienes están y viven a su alrededor.
Yanaparina, la solidaridad como un valor fundamental. La situación histórica de las comunidades ha motivado a que en ciertas circunstancias estas se cohesionen y fortalezcan los lasos de unidad, este valor permite que los ayllus y sus miembros por lo general se apoyen mutuamente y puedan superar dificultades, lograr objetivos concretos y de beneficio comunitario.
El sumak kawsay y los principios para su construcción
Wawakunaka yurakunashna wiñan, alli wakichikpika alli wiñan, mana alli wakichikpika mana alli wiñankachu. Se suele decir que las personas crecen igual que las plantas, si los cuidados son adecuados su crecimiento y sus frutos son buenos, si no se los cuida, entonces los frutos tampoco serán satisfactorios.
En las comunidades agrarias se realizan los tumines o los presentes, es decir el permiso a la madre tierra para intervenirla y proceder a prepararla, esto implica: abonarla, nutrirla de agua y humus, arar la tierra, realizar la siembra, protegerla, realizar la cosecha volver a nutrirla o en su defecto dejar que descanse, cada acción articulada al ciclo lunar, su precisión permitirá garantizar una buena producción.
Las comunidades artesanas y comerciantes combinan estos ciclos con la dinámica y la realidad económica de la población, en el primer caso debían tener un conocimiento adecuado de las plantas de las cuales obtenían los distintos colores, así como de los animales que les abastecía de la materia prima que necesitaban.
En todos los casos están presentes los siguientes valores:
El ama killa, no a la pereza; ama llulla, no a la mentira; ama shua, no al robo, estos valores se sintetizan en la importancia del trabajo como el eje fundamental para garantizar el bienestar individual, familiar y colectivo.
Llankayka kushikuypa shunkumi kan, este pensamiento kichwa significa “que el trabajo es el corazón de la felicidad”, y se sostiene en la trilogía anteriormente mencionada.
Pakta kawsay, el equilibrio.
La trilogía anterior regida por el trabajo permite garantizar el equilibrio individual, familiar y colectivo. En la actualidad en las comunidades kichwas, a pesar del deterioro de sus matrices culturales y espirituales, conservan rezagos de estas prácticas.
El equilibrio no se refiere únicamente a la estabilidad de los miembros de la comunidad, se refiere también al equilibrio emocional que debe lograr cada persona, dicho equilibrio constituye una garantía para que la comunicación sea horizontal y adecuada y no se vea afectada por alteraciones de incomunicación que finalmente pueden afectar el logro de los objetivos.
El equilibrio en su antigua forma procuraba garantizar el bienestar integral del individuo, la familia y la comunidad, su desestabilización era considerado como un riesgo que puede afectar su bienestar; en este sentido por ejemplo, si un miembro de la comunidad por la pereza no participaba en una minga, el objetivo era afectado, debido a que se genera un desequilibrio o en su defecto un retraso en el cumplimiento de la meta; al respecto es importante recordar que en las mingas a cada ayllu (familia) se le asigna una tarea específica para que en esta sea cumplida.
La afectación si bien es superable, esta sin embargo puede retrasarla y sobre todo generar un malestar el interior de los miembros de la comunidad, un malestar que prevalecerá por algún tiempo y daña el ánimo de la población.
Alli kawsay, la armonía.
Como se anota anteriormente con el trabajo, el equilibrio permite sostener la armonía del individuo, la familia y la comunidad. Un individuo, una familia, una comunidad que logra estas dimensiones puede contagiar su entorno y lograr que las diferentes actividades sean positivas, influye incluso en el espacio y en el lugar por donde fluye dicha energía; de ser afectada, en cambio, sucede lo contrario y los resultados no siempre serán los esperados, la armonía garantiza fluidez.
Wiñak kawsay, la creatividad.
La presencia de estos valores es el ingrediente que motiva en las personas a recrear y crear sus iniciativas. La creatividad está regida por un mecanismo clave que se denomina el tinkuy. El tinkuy es la búsqueda permanente de nuevas innovaciones, para lo cual los elementos existentes se encuentran en permanente revisión o confrontación, de dicha fricción surge una nueva luz, un nuevo elemento que contribuye a superar lo anterior.
El tinkuy se lo simboliza en los rituales del inti raymi con las danzas guerreras que rememoran la confrontación de las comunidades por mantener la hegemonía de los espacios rituales; la confrontación sin embargo no genera enemistad, concluido el inti raymi las comunidades mantienen los lazos de apoyo y solidaridad.
Samay, la serenidad.
Aprender a cultivar la serenidad del horizonte, de los lagos al amanecer, es una tarea de perseverancia, disciplina, está orientado a aprender a crear mecanismos que permiten controlar reacciones compulsivas, acciones sin previa meditación. Los Yachak al realizar las curaciones tienen la costumbre de hacer un corte y mantener el diálogo para recuperar la energía y luego continuar hasta culminar la misma. Un agricultor acostumbra a detenerse en medio de la jornada y respirar con profundidad, mirar su entorno, el trabajo realizado y continuar con sus labores hasta concluirla.
Cultivar la serenidad en las acciones de trabajo, de enseñanza, ayuda a que cada acto se desarrolle en paz y respeto hacia el otro; en estos casos es un reflejo de nuestro yo o de lo que pretendemos transmitir.
Runakay, el saber ser.
El runakay es la suma de todos los elementos anotados anteriormente. Runa literalmente significa persona, humano, el runakay sintetiza la realización del ser humano, para lograr esta dimensión es indispensable aprender a cumplir, paulatinamente, todos y cada uno de los valores descritos anteriormente.
El sumak kawsay
Es una concepción andina ancestral de la vida que se ha mantenido vigente en muchas comunidades indígenas hasta la actualidad. Sumak significa lo ideal, lo hermoso, lo bueno, la realización; y kawsay, es la vida, en referencia a una vida digna, en armonía y equilibrio con el universo y el ser humano, en síntesis el sumak kawsay significa la plenitud de la vida.
Otavalo, diciembre 2008.
* Tumin: palabra quichua, ofrenda de productos que se ofrecen a la madre tierra, a la naturaleza, al universo.
* Waka: palabra quichua, lugar sagrado.